En lo corrido del año 2025, 12 cobradiarios han sido asesinados en Barranquilla y su área metropolitana, según los reportes que Zona Cero ha publicado.

La violencia que rodea esta actividad considerada ilegal ha generado alarma entre defensores de derechos humanos.

De los casos registrados, 8 ocurrieron en la ciudad de Barranquilla, específicamente en los barrios Los Girasoles, Simón Bolívar, Las Américas, Buena Esperanza, El Pueblito y Villa Sevilla. 

3 homicidios más se registraron en el municipio de Soledad, en zonas como el sector Los Ángeles, barrio Villa Adela y la calle 30 con Circunvalar, mientras que un caso adicional se reportó en el municipio de Galapa.

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Solo en la última semana, tres cobradiarios fueron asesinados, lo que según expertos, responde a múltiples factores como retaliaciones entre bandas criminales, hasta conflictos directos con deudores que no logran cumplir con sus compromisos financieros bajo las condiciones abusivas del conocido “gota a gota”.

Víctor Ríos, Defensor de Derechos Humanos, explicó en diálogo con Zona Cero que estos crímenes están “directamente relacionados con las dinámicas ilegales del sistema de préstamos informales”. 

“Los asesinatos de cobradiarios se puede estar dando porque las personas de pronto no quieren cumplir esa clase de compromisos que de todo punto de vista es ilegal. Si a una persona le están cobrando un interés que es ilegal, los niveles de falta de tolerancia pueden llevar a los acreedores, a los deudores a que cometan esos delitos, porque de igual manera el que cobra es ilegal y el que acaba con la vida de una persona también es ilegal”, afirmó.

Ríos fue enfático al señalar que este fenómeno representa un círculo vicioso delictivo, donde tanto quien presta como quien recibe el dinero está participando en actividades al margen de la ley.

“El préstamos de dinero ha contaminado todos los estratos socioeconómicos, esto se ve más en el sur de la ciudad, pero no se descarta que se esté dando en el norte de Barranquilla. Es una práctica que se ha vuelto tan común que a las autoridades les queda muy difícil controlar los altos índices de homicidios. Es una cuestión que ya le compete más a la Alcaldía”, precisó el Defensor de Derechos Humanos.  

Víctor Ríos sugirió que para frenar estos casos “hay que iniciar labores pedagógicas porque las personas de bajo recurso siempre van a solicitar este tipo de servicios de ‘gota a gota’, y obviamente que ahí se desprenden un sinnúmero de problemáticas sociales”.

“Es una situación de composición social porque la persona que presta como la persona que accede a esta clase de servicios están realizando una labor ilícita, entonces, cuando ya la persona que presenta un capital y está cobrando un rédito sobre capital de carácter ilegal y que aparte se subroga autoridades indebidas para cobrar, de forma ilegítimas puede llegar y utilizar la violencia. Es una práctica que es completamente ilegal de principio a fin. Tanto como el que cobra, como la forma en que se cobra. Los deudores también asumen esa postura ilegal, muchas veces quieren saldar sus deudas, es decir, por la vía ilegal, utilizando la violencia. Esto se ha convertido en un círculo vicioso”. 

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El defensor también indicó sobre la posible participación de estructuras delincuenciales en esta actividad. 

“Para nadie es un secreto que las personas que prestan estos dineros a unos intereses ilegales utilizan estas prácticas para lavar activos y entonces son personas que se encuentran inmersas en un negocio ilícito y no se descarta que a las personas que le estén prestando ese capital también sean personas que estén vinculadas con grupos al margen de la ley”. 

En ese sentido, manifestó que no se descarta que algunos asesinatos sean ejecutados por integrantes de estas bandas como método de control interno, castigo o intimidación.

“Es una cadena delictiva en la que el dueño del capital es el que pone a trabajar todo este dinero, que es completamente ilegal, la entrega en calidad de préstamo a los cobradores, ese mismo capital debe rendir y entonces muchas veces cuando estas personas no llegan a esos topes o no cumplen todas las metas, se presentan ese tipo de retaliaciones”. 

Ríos subraya que, al tratarse de un negocio sin regulación, la violencia es utilizada como "mecanismo para mantener el control".

Homicidios de cobradiarios en Barranquilla, Soledad y Galapa 

El primer cobradiario asesinado este año y reportado por Zona Cero fue el caso de Manfry David Cuadro Navarro, de 26 años de edad, en hechos registrados en el sector Los Ángeles del municipio de Soledad, el 31 de marzo. 

‘El grande’, como era conocida la víctima, sostuvo una discusión con otro hombre en el mencionado sector, cuando este sacó un arma de fuego y le disparó en repetidas ocasiones hasta dejarlo sin vida.  

Luego el 1 de abril en el municipio de Galapa se registró el homicidio de Jhonny Andrés Garizábalo, de 24 años.

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El joven hallado sin vida en la trocha Sinaí, con un impacto de bala en la cabeza. 

Jhonny había sido reportado como desaparecido por su familiares. 

En el mes de mayo también fueron asesinados tres cobradiarios, dos el día 13 y uno más el 31. 

Los Girasoles fue escenario del doble crimen de Jhon Freiler Jiménez Perdomo, de 19 años, y Jordan Yesid Guerrero Duarte, de 28 años. 

Ambos jóvenes se encontraban en la terraza de una vivienda ubicada en la calle 49 con carrera 8 sur, cuando fueron atacados por dos sicarios, que se movilizaban en una motocicleta negra.

En el lugar fallecieron los antes mencionados mientras una tercera persona resultó herida. 

Durante las investigaciones realizadas en su momento, los hechos se habrían presentado por un supuesto “ajuste de cuentas", por disputa territorial de rutas de cobradiarios.

Se logró establecer por medio de las investigaciones, que Jhon Freiler trabajaba como cobradiario y Jordan Yesid era su ayudante en la ruta que tenían.  

Los investigadores lograron conocer sobre una amenaza con arma de fuego de la que fue víctima Jordan Yesid el pasado 12 de mayor, en medio de una discusión con otros cobradiarios.

Posteriormente dieron muerte con arma de fuego a David Enrique Oliveros Terán, en el barrio Simón Bolívar. 

El hombre se encontraba en la vía pública de la carrera 6 con calle 19, momento en que dos sicarios que se movilizaban en una motocicleta marca Pulsar negra se acercaron al lugar, el parrillero desenfundó un arma de fuego y disparó contra él. 

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David fue auxiliado y llevado al Camino Simón Bolívar, donde falleció debido a las heridas en su cuerpo.

En el mes de junio volvieron los ataque a bala contra los cobradiarios y fueron asesinados Alfonso Rueda Olarte, de 49 años; y Aldemar Corrales, de 20 años. 

Según la Policía en su momento, los hechos se presentaron en la calle 52C con carrera 3D, en el sector Villa Tablitas del barrio Las Américas.

Ambos se movilizan en una motocicleta Yamaha FZ, color naranja, de placas HMQ-09C, momento en que fueron atacados con arma de fuego por sicarios en un vehículo similar. 

Los agresores se dieron a la huida mientras las víctimas fueron auxiliadas y llevadas al Paso Santa María, donde fallecieron por la gravedad de las heridas en su cuerpo. 

Alfonso Rueda Olarte, quien era un hombre trabajador y muy conocido en los barrios del sur de Barranquilla, murió cumpliendo su labor como cobradiario, según manifestó su hijo en su momento a este medio.  

Alfonso tenía 49 años, 30 de ellos dedicados a su ruta de cobradiarios. 

El 22 de julio se registró la muerte de otro cobradiario en la calle 30 con Circunvalar, en Soledad. 

Se trataba de Jorge Luis Sierra Heredia, de 23 años, quien cubría una ruta de cobradiario.

El joven estaba conduciendo una moto por la oreja del puente de la calle 30 con Circunvalar, cuando fue interceptado por otro sujeto en un vehículo similar que le disparó. 

Ocho días después, es decir, el 30 de julio, sicarios le segaron la vida a Mauricio Miguel Bossio, de 36 años de edad.

El hecho de sangre tuvo lugar en la calle 61 con carrera 18, en el barrio Buena Esperanza, de Barranquilla.

De acuerdo a las autoridades en su momento, dos hombres en una motocicleta llegaron a un restaurante donde se encontraba Mauricio almorzando con su pareja. 

Mauricio se habría percatado de la presencia de los sicarios, se levantó de la silla, corrió hacía la calle y cayó al suelo al ser alcanzado por las balas. 

Recibió dos disparos en el tórax posterior, dos en la cabeza y uno en la mano izquierda, siendo traslado a la Clínica Nazaret, donde falleció momentos después de su ingreso. 

Este mes en curso se han registrado tres asesinatos de personas que prestan y cobran dinero. 

Uno de ellos ocurrió el 1, en el barrio Villa Adela de Soledad, donde murió Harlant Javier González Ariza. 

Harlant se encontraba en un negocio de comidas rápidas ubicado en la carrera 6 con calle 48, momento en que fue atacado a bala por dos sicarios que se movilizaban en una motocicleta. La víctima murió en el lugar de los hechos. 

El barrio El Pueblito también fue escenario de otro homicidio el pasado 4 de agosto. 

Derson David Pérez Carrillo, de 23 años, murió en la calle 118 con carrera 12, luego de que sicarios le dispararan cuando caminaba por la zona. 

Finalmente, este 7 de agosto, en el barrio Villa Sevilla de Barranquilla, Jean Carlos Soracá Mendoza, alias ‘Jean Oier’, fue víctima de un ataque criminal que cobró su vida. 

Los hechos ocurrieron a las 4:20 p.m., en un lavadero de motocicletas ubicado en el mencionado sector. 

Jean Carlos estaba lavando su vehículo, momento en que fue sorprendido por dos sicarios a pie, quienes le dispararon en repetidas oportunidades. 

Fue llevado a la Clínica Los Almendros, donde momentos después falleció.

Jean Carlos , según la Policía, tenía relaciones con Margarita María Fernández De La Cruz, alias ‘La piba’, y Piter Alexander Cantillo Muñoz, alias ‘Pilo’, asesinados el pasado lunes 4 de agosto en el barrio Villa Sevilla.